Algún día voy a encontrar
las horas perdidas
que quedaron muertas
en las manecillas de mi reloj
y comenzaré a vivir
como lo he soñado yo.
Me he cansado de la indiferencia,
de rezar despierto
de llevar mi alma por bandera
sobre las aguas del mar
sobre las arenas grises
de un inmenso desierto.
No quiero más cárcel
ni condena sin sentido,
no quiero llevarme
de la vida la amargura
ni el aire embotellado
de un largo suspiro.
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