El aire ha soplado tierno esta mañana,
me levanté con los ojos pesados de lluvia.
La noche se hizo eterna más de una vez
con el frío en mis huesos dormía sin querer.
Escuché la voz del viento, escuché
lo que nunca en mi vida imaginé,
hablaba con su eco cansado
palabras que solo yo podía comprender.
Entonces comprendí que mi pecado
era haberme enamorado de usted...
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