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miércoles, 17 de diciembre de 2014

SEÑORA...






Desnude mi espalda, señora, acaricie después,
que hay en ella cuerdas de guitarra para que las toque usted...

Ponga ritmo a la música con sus manos
sobre las huellas del papel
partituras que se escriben
en los segmentos de mi piel.

Y cuando llegue el tono al equilibrio
sacará gemidos por doquier
llegarán con las caricias
que nadie hace como usted.

Guitarra que sueña cada noche
con la ternura que me hace enloquecer...


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