Yo soy un hombre muy humilde
que presume de ese mendrugo de pan que se come,
por que a nadie se lo he robado
y con mi trabajo me lo he ganado.
No soy de pedir prestado, ni quiero
vivir ante el vil metal arrodillado.
La vida es lo que es y solo Dios
sabe lo que mañana puede ser...
En su mano lo dejo pero pondré de mi parte,
luchando como siempre lo he hecho,
sin dejar pasar las oportunidades
que traerán a mi vida mejor provecho.
Nadie sabe de mi ilusa realidad,
nadie sabe que dejé todo al universo,
que la fortuna me volvió la espalda
pero lo que hoy soy a nadie se lo debo.
No culpo a nadie de mi desdicha
ni soy de poner adjetivos a mi suerte,
la vida sigue, nada es por que sí...
Mañana seguiré mirando al cielo para verte...
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