Una promesa que se llevó el viento
como tantas otras que no recordó.
No me importaba una más,
por que sabía lo que sabe mi corazón.
Palabras que se escuchan en el aire
que solo conducen a un desierto de voz,
sombras que se diluyen con la tarde
envueltas en el silencio de un adiós.
Palabras que se confunden con las estrellas
por que el cielo es testigo de su candor
y sabe que mañana se habrá olvidado
de esa promesa que hoy se marchitó.
La sinceridad es la mejor compañera
si la convicción lleva un acento de a dos.
No quiero volver a escuchar esa promesa
que tantas veces rompió mi corazón...
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