Ella nunca me dijo que me amaba
pero yo siempre supe lo que sentía
por que sus ojos la delataron
cuando su mirada se cruzó con la mía.
Vi que sus ojos no quisieron mirarme
desviando su mirada hasta el infinito.
La miré dibujando una sonrisa en mi boca
queriendo seducir su imagen de granito.
Después llegó la inseguridad de sus palabras,
no quería mirarme ni tampoco que la mirara
por que sabía que en mis ojos
se dibujaba la luz que a ella la desarmaba.
Se rindió a mis besos sin decirme nada,
y se dejó besar poniendo en cada beso el alma,
se dejó besar sabiendo que en sus labios
dejaría una huella que nunca olvidará...
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