Se que tú y yo tenemos mucho en común,
que tú y yo hemos compartido un sentimiento,
que no volverá a nuestras vidas como quisiéramos,
que tiene un nombre inolvidable: los recuerdos.
Los recuerdos que nunca se olvidan,
los momentos que a tres recordaremos,
los silencios que quedaron en su ausencia
y las lágrimas lloradas en un adiós.
No es fácil la vida sin ella, nunca lo será,
pero tengo la esperanza de abrazarla en el cielo,
y volver a sonreír una vez más como quiero.
Te esperaremos por que yo llegaré primero.
Aunque ya nada es igual, no habrá nada
que impida los abrazos que le debemos,
por que por ella saldremos de nuevo a la vida
y la volverás a parir con el mismo credo...
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