Mi alegría y perdición
se han puesto de acuerdo
para preguntarme muy suave,
" qué estás haciendo...?"
Me sentí diminuto,
casi sin aliento,
creo que muero
por lo que estoy sintiendo.
Se turba mi mente
es demasiado terrible
aquella incertidumbre
que me carcome por dentro.
Me pregunta la duda
" la estaré perdiendo?"
se acerca... se aleja
y desfallezco por dentro.
No espero el mañana,
no deseo escuchar tu silencio,
me ahogo, me aterro...
ahora me estoy desvaneciendo.
Ya estoy muerto... muerto
desde aquél momento
que mi alegría y mi perdición
se pusieron de acuerdo...
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