Mi vida te pertenece sin tú saberlo
por que aún no has valorado cuánto te quiero, mujer...
Sabes qué sentimientos derrocho en mis abrazos
y cuánta materia de mi se evapora
cuando se funden nuestros cuerpos
desnudos sobre la misma cama, señora.
Cuando me miras se escapan suspiros
que salen de mi pecho en tropel
por que estoy de ti enamorado
como amo lo que escribo en este papel.
De tu cuerpo quiero mi parte,
de tu alma no sabría decirte qué,
pero se que siempre me pertenecerá el color
de los ojos que me han conquistado sin querer.
Mía te quiero para siempre, mía...
Mía te quiero, mía, mujer...
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