Si deseas mi cuerpo, tómalo
es todo tuyo desde que yo soy yo,
no hay más dueña que la dueña
que ha enamorado mi corazón
Si necesitas una sonrisa, mírame
que mis labios no esconden la alegría
de saber que vivo en tu mirada
con toda mi fuente de armonía.
Si extrañas un abrazo, abrázame
de esa manera que tú sabes,
y deja en mi cuerpo tu perfume
para que tu fragancia me envuelva, mujer.
Si quieres mi boca, bésame
y deja en ella el sabor de tu sal,
para que sienta que eres mía
hasta la profundidades de tu manantial.
Si anhelas mis caricias, desnúdate
que quiero modelar tu espiga,
para que devuelvas en olas de fuego
la pasión que nos envuelve, amiga...
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