En las calles ha quedado
el dolor de la carne,
la pòlvora en el aire
y el odio en la sangre.
Las làgrimas ocultas,
donde no las vea el padre
y una sùplica
en el crepùsculo de la tarde.
La noche llegò
con distintas emociones,
llenando de luces
las aceras de la calle.
Velas se prendieron
donde la muerte
tuvo su visita
para el dolor de una madre.
Lloran los àngeles
en los rincones del cielo,
poniendo dedo en su boca
los calla el arcàngel.
No se llora por lo que se pierde,
no se llora,
por que el llanto no sirve
para consuelo de nadie...
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