Me quedè dormido cuando mis ojos
no podìan soportar el dolor de la lectura.
Apaguè la luz que herìa mi mirar
con una oraciòn en mis labios a las alturas.
Agradecì tenerte en mi vida, agradecì
que seas tù quien estè siempre donde has estado,
sintiendo que siempre seràs mìa
y yo tu hombre enamorado.
No quiero sombras que me den celos,
ni deseos que me hagan mirar a otro lado,
solo quiero en mi camino
la mujer que siempre he soñado.
Mi risa no es pintada y se percibe
por que en ella hay sueños que hemos soñado,
es limpia como el amor del poeta que escribe
este verso que hoy el cielo me ha regalado.
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