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domingo, 21 de abril de 2013

PIEL SOBRE PIEL DESNUDA...





Cuando besabas mi centro
olvidé quién soy,
la llamarada que me inundaba
cubría el cuerpo que te doy.

Subías por el tronco de mi árbol
bajas por la ternura de sus ramas.
La noche se olvidó de nosotros
esperando que llegara la mañana.

Piel sobre piel desnuda,
anillos de plata que se estrenan,
sabanas que se sienten oscuras
envueltas en los placeres que llenan.

Amaneció el día con el sol sonriendo,
cansado de llamar a nuestra puerta.
Las manos buscaban con ternura
donde la vida era ciencia cierta.

Y volvimos a sentirnos vivos,
ardientes sobre la playa del deseo.
Tanto amor eleva y envuelve
el corazón de este poema que leo.

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