Desperté buscando
tu cuerpo entre las sabanas,
palpé y el lado frío me devolvió
el calor de tu ausencia.
Entre los vapores del sueño
aún distinguía el perfume
que quedó adherido
de tu cuerpo a mi cuerpo.
Volvía de un mundo imaginario
donde juntos caminábamos,
por una orilla, entre risas y besos,
tu mano en la mía.
Y se divisaba el mar
con el horizonte iluminado
por una puesta de sol
que hasta cielo habría contemplado.
Tus ojos pardos se prendieron
con el fuego de sus rayos
mirando sincera en los míos
para decirme te amo...
Tanto amor era mi dicha,
que en la realidad se confundía.
Entre el rumor de las olas
y tus caricias... he despertado.
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