El pasado me escucha gritar
desde el balcón lejano de mi conciencia
tendida su mano para regresar
a los años de la inocencia.
Me llama exigiendo mi regreso
apremiando sobre la demora de mi marcha
extendiendo sus labios para el beso
que cortará mi destino con su hacha.
No quiero volver sobre mis pasos
por que ya he iniciado otro camino
anclado con fuerza en otros brazos
con el amor que me asignó el destino.
Un pasado que sabe de mentiras,
elevado al cubo en los desengaños,
donde todo era una fuente de ira,
donde nunca quise hacer daño.
Te vuelvo la espalda para no saber
de donde vienen tantas voces,
déjame en paz que no es mi deber
lo que tu sabes y ya conoces.
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