Descubrí que mi tiempo no tiene edad
cuando caían las hojas en esta tarde otoñal.
Sentado en el escalón de mi casa
lo veía pasar asumiendo mi realidad.
Ocre se van volviendo los cerros del paisaje
que se descubre al otro lado de la vía,
van perdiendo el verdor que les dio vida
mientras yo pienso cómo será el alma mía.
Late mi corazón ávido en la lejanía
escuchando los trinos de los pájaros en la higuera
donde algunas veces canté
un soneto, una canción o una quimera.
Sentado... veo pasar el tiempo que se termina
descifrando pensamientos monocordes
alabando el amor que describía
una tarde como esta, hermosa y sombría.
No hay comentarios:
Publicar un comentario