Te habría creído sin ninguna excusa
sin palabras que enturbiaran el viento
sin razones que llevar desde la boca al silencio
sin que la felicidad fuera desde ahora un misterio.
Nadie me obliga a pensar como pienso...
La luna se desmaquilla por razones de peso
que le han llevado a suspender el baile
donde deberías llegar con los últimos besos
que dejaron en tu boca cuando te fuiste en silencio.
Nadie me obliga a sentir como siento...
Pero llegará el día que te cuente mi historia
para que sepas cuánto se sufre creyendo
que los fantasmas son de la noche
y que en las noches se adora tu cuerpo.
Nadie me obliga a querer como quiero...
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