Comprendo que mi vista
ya no es la que era
pero me queda el tacto
para guiarme y tocar a mi manera.
No existe más ciego
que el que no quiere ver
pero a mi se me van los manos
tras las curvas de mi mujer.
Me dan igual sus medidas,
ni siquiera he caído en ello,
pero se que es más que un instinto
lo que me deja sin resuello.
Así que estoy muy feliz y contento
y no digamos dichoso
por que lo mismo me da la mano
que a ella le coge el... poto.
No hay que perder la ilusión, porque cuando todo falla ahí esta la imaginación...
ResponderEliminarSaludito.
Si solo me falla vista...!!! Saludos amiga.
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