Tropecé con ella por la calle
me pareció un ángel bajado del cielo,
no me miró por que mi sonrisa
le hizo bajar su mirada al suelo.
Llevaba un atuendo sencillo
un pantalón, una camisa y una flor en el pelo
mientras yo caminaba sin prisa
distraído con la mirada puesta en el cielo.
Pasó junto a mi dejando su perfume
para que embriagara mi embeleso.
Yo me quedé extasiado,
era tan hermosa que le hubiera dado un beso.
Ella siguió su camino, sin mirar atrás,
como había aparecido,
desapareció dejando una estela,
sus pasos tenían un destino.
La mar fue testigo
de aquella inesperada ilusión
y emocionado en la acera
quedó sin latidos mi corazón...
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