Sabía que la vida continúa sin más,
reflexión extraña de quien no tiene tiempo ni lugar,
por que nadie merece un suspiro si no es sincero
y todo se olvida con los años como una colilla en el cenicero.
Cuesta volver a vivir cuando se ha cerrado
la puerta que había abierta en los caminos del cielo.
Volver a empezar cuando se niega el agua y la sal
cuando no podía comprender qué había hecho mal.
Palabras robadas lanzadas al viento, no las quería escuchar,
que hicieron de mi vida una espiral infernal.
Pasó el tiempo, suficiente para reflexionar,
y las aguas volvieron a su cauce una vez más.
El tiempo me estaba engañando, no todo era verdad,
cuando pensaba que se había detenido
y mi reloj nunca volvería a caminar.
Tal vez nunca estuve vivo, tal vez
todo fue un espejismos donde olvidé la realidad.
Voces llegaron de otro lugar, mi mente no las ha podido olvidar,
negados con mi comportamiento sin poderme excusar.
No pedí perdón ni clemencia, solo la comprensión al azar,
por que si algo di en esta vida es amor... Nadie me lo puede negar.
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