No me siento desafortunado en los fracasos
tampoco soy feliz en la dicha,
estoy en paz con la desdicha
y la coherencia me lleva en ambos casos
a ir por la vida con una sonrisa.
En mi camino sembraron espinas
cuando yo siempre caminé descalzo
mi carne no siente el dolor
aunque se rompa en mil pedazos.
Soy como la roca para el sufrimiento
nada afecta a la dureza de mi cuerpo
pero el paso de los años
me irá gastando con agua y viento.
Tengo el alma vieja de tantas penas
que sobrevive a los rigores del invierno
con un amor como el tuyo y el cielo
donde me espera el ángel más tierno.
Si voy sonriendo por la vida
es por que me siento enamorado
y cuando llegue el día de la partida
me iré alegre y emocionado.
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