No quiero más besos amargos en mi boca
ni un revuelo de pájaros en lugar de mariposas,
ni una mirada que contradiga, ni unas espinas
que hieran las manos que tocan las rosas.
No quiero más desengaños a media tarde,
ni que el mar llegue a la orilla de mis ojos,
ni una mirada que me persiga, solo soy de su amor
y los demás no me importan nada.
No quiero ser una excusa,
ni que digas
que muchas mujeres se sienten ilusionadas,
que me miran como algo suyo
y eres tú quien se siente enamorada.
No quiero miradas con lupa en mis versos
por que nada escondo tras mis letras,
ni sentir tergiversadas mis ilusiones
por una incomprensión gota a gota.
No quiero ser arma de doble filo
que lleva en su acero escrita la traición,
ni ser herido con la misma hoja
que clava la respuesta en el corazón.
No quiero un canto de violines
que alaben mis sueños en su melodía,
ni una cama blanca llena de promesas
si después llega la noche donde todo se olvida...
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