Yo soy el hombre sin rostro,
ese por el que suspiras cada tarde,
ese que tu corazón extraña
y cuando me piensas todo tu cuerpo arde.
Soy el hombre que tú imaginas,
poniendo formas a mi silueta desnuda,
dando rienda suelta a tu albedrío
y cuando llegan las noches te llenas de dudas.
Soy el hombre que ha creado
una nueva doctrina en tu corazón.
Hombre de fuego, hombre de pasión,
que ha dibujado tus contornos en besos de amor.
Soy el hombre que hoy llena tu mundo,
que tiene callada el alma entre suspiros.
Hombre que derrama versos sobre tus sabanas
escribiendo este poema para un libro.
Soy el hombre que acaricia sin palabras
mirando a los ojos sin decir nada,
derramando silencios sobre la noche estrellada
que hace realidad los sueños de su amada...
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