No huyas de mi presencia, eres un ser eterno
que estará siempre en mi corazón,
día y noche, amor y silencio,
aunque te hagas de rogar.
Seré un gota de agua sobre tu piedra,
viento en las tardes de tu invierno,
fuego que alimente tu esperanza,
calmante para el dolor ajeno.
Seré el agua de tu mar,
el rosal que te regala flores cada primavera,
el suspiro que extraña mis besos
y la carne que arde en tus deseos.
Seré el hombre, tu hombre, que espera
sabiendo que la vida pasa sin más,
no seré feliz si tú no eres feliz
y te pensaré cada segundo que me quede por vivir.
Te pensaré sin que lo sepas, te pensaré
y siempre tendré un nombre que pronunciar,
el nombre, tu nombre mujer,
que un día me hizo soñar...
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