Llevo tus labios marcados
sobre la piel que me cubre,
me excita sentir que has besado
cada rincón que me envuelve.
El fuego me rompe las entrañas
donde la nieve se aposenta
derritiendo hasta los pensamientos
donde tu ausencia se baña.
Metal fundido por tu fragua,
árbol caído pleno de placer,
cenizas que quedaron
de tanto amor por nacer.
Queda en mi deseo amarte,
sentirte mía hasta el infinito.
Las estrellas no están de mi parte
y mi corazón se quedará marchito.
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