He echado anclas
en el corazón late junto mi pecho,
cuando descansa sobre el mío
durmiendo en el mismo lecho.
Me basta sentirte mi dueña
hasta en los reversos del enojo.
Fuentes de aguas cristalinas te enseñan
a beber en mi vida sin sonrojo.
Siento que me lleva al cielo
cada suspiro en la noche
lanzado al aire en alto vuelo
con pasión y derroche.
Eres apasionada, corazón enamorado,
dejando tu estela en mi cuerpo,
fragmento de metal amoldado
a la savia que dejan tus besos.
Vive en mí la pasión necesaria,
deshoja la margarita entre mis nubes,
ámame, sobradamente imaginaria
sobre el viento que baja y sube.
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