No necesito palabras dulces
que adornen mis oídos,
ni ramos de flores que den color
a tu vacío, a tu ausencia,
si solo compartes conmigo
momentos de elocuencia.
No necesito que se me quiera
si en verdad no se siente;
mejor me quedó esperando
la dulce sensación que da el verte.
Cuando llegas a mi casa
adoro amarte y tenerte...
Pero te has olvidado que soy,
además de caballero, un enamorado,
que llora al sentir en su corazón
- amores lejanos, palabras sin sentido -
una vez más el abandono
y la triste resignación del dolor.
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