Vistes mi cuerpo con la sal de tus olas
sellando con tu esencia
cada marca, cada arruga
de mi vieja estampa de caracola.
Agrandas mi sombra con estilo
por que sabes hasta donde llego.
Miras en mis ojos su contenido
más allá del corazón de los espejos.
Cubres con tus manos benditas
los elementos que pueden dañarme,
gozando en silencio tu paz infinita
que con el agua tibia quiere lavarme.
Amas la risa que sale de mi alegría
y cantarías una canción de cuna a mi oído,
enmarcando los sentimientos más queridos
hasta que quedara profundamente dormido.
Vistes, agrandas, cubres y amas... Eres,
omnipresente mariposa que vuela en mi vida,
derrochando cariño cuando la sangre de mi cuerpo
espera con impaciencia tu llegada... amor.
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