No agradezcas que te quiera,
ni que en mi corazón reine tu emblema,
por que sabes que no es una quimera
el amor que siento hasta me quema.
Eres la mujer que llena mi vida,
sentimiento único y pasión sin medida,
raudales de ternura en mi mirada
y en mis manos de caricias encallecidas.
Nadie dejó tantas huellas en mi piel,
nadie me dio a elegir tanta libertad.
Nadie, ni la muerte podrá con su hiel
llevarse tanta felicidad.
Nunca tuve llenas mis arcas de dicha
como la que vivo en este momento,
disfruto de tus besos y la desdicha
de la distancia que es mi tormento.
Pero vivo por ti y sólo para ti,
siempre te llevo en mi pensamiento,
amaneces llenando de olor carmesí
la alegría que llevo dentro...
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