Caminabas junto a un arcángel
mirando mis lagrimas rodar,
tu sonrisa me partía el alma
por no poderte abrazar.
Canta la luna esta noche
una canción a dúo contigo,
acompañando tu voz de niña
coreada entre tus amigos.
Mi pena se fue disipando
entre las hojas de un rosal.
Flores que quería compartir
a la puerta de mi casa austral.
Nunca estoy en silencio a tu lado
por que siempre me escucharás
conversar y recordar las anécdotas
que vivimos para reír de felicidad.
Mañana saldrá el sol, tú no estás,
vives en los aires de otras gentes,
pero tengo la alegría
de saber que nunca fuiste diferente.
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