Estabas escrita en mi vida,
te había soñado de niño,
y contigo encontré el cariño
que curó mis heridas.
Las flores fueron mudos testigos
de las lágrimas más negras
vertidas en este amor que me integra
y los versos que hoy bendigo.
Tú eres mi orgullo,
mujer con corazón
que me llevas a la razón
y me sueñas siempre tuyo.
Mi vida cambió para siempre
el día que te miré a los ojos
y vi en ellos el sonrojo
que dejaba tu cuerpo inerme.
Vives en mi y en mi mente
adherida a la leyenda que te contagia
No te desprendas de ella ni de su magia
que mi amor por ti es diferente.
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