No me visto con trajes a medida
por que mis atuendos son de humildad
con pliegues sobre tela adherida
que son los que llevan mi felicidad.
No almuerzo con cubiertos de plata
ni en platos de loza engalanada.
Mi sopa se sirve en una lata
donde mi pobreza no sabe a nada.
No me lavo en bañeras modernas,
mi jabón es de perfume barato,
pero llevo la fragancia más tierna
que deja en el aire su olor grato.
No duermo en sabanas planchadas
por que mis sueños se difuminan.
Cuando llega la mañana están manchadas
por la esencia que los amores transpiran.
Me siento en paz con el amor
aunque sea un mendigo,
a alguien debo este favor
y a Dios pongo por testigo.
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