Llegué cansado del trabajo
buscando tu silueta al bajar del bus.
Entre la gente venías caminando
con una sonrisa pintada y tu camisa azul.
En tus ojos brillaba la luz del sol
que dejaba en el horizonte los últimos rayos.
Me miraste, te miré y nos besamos
envueltos en un largo y cálido abrazo.
¿Cómo fue tu día...? Preguntas.
¿Cómo estás mi amor...? Respondo yo...
Palabras que demuestran a cada segundo
lo que hemos extrañado los dos.
Tomé en mi mano tu mano fría
queriendo convertir en fuego
el frío que recorría
de tu carne su sendero.
Tomamos café en cualquier bar
disfrutando de la presencia cercana,
gozamos de los besos con palabras cortadas
deseando con cariño que llegara mañana...
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