Que no avancen las manecillas
del reloj que adorna mi tiempo
que necesito seguir viviendo
segundo a segundo el momento.
Que necesito disfrutar de los sentidos
que alegran mi existencia día a día
y crear una nueva melodía
con las alegrías que he merecido.
Se termina el año donde todo cambió,
donde nunca más volví a ser quien fui.
Pasacalles de gigantes y cabezudos
que nunca más volverán a mí.
Diferente no lo soy, más cariñoso tal vez sí,
y tomaré las decisiones que me acomoden
para que todo me sonría
durante los soles que me quedan por vivir.
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