Sentir desde la pureza del alma, sensaciones
que van más allá de las propias ilusiones...
Ofrecer sin pedir nada a cambio, dar, compartir
con la pobreza ajena los jirones de mi vestir.
Devorando impotencias van desapareciendo las monedas
que pongo en la mano de quien mendigando se queda.
Más no puedo ofrecer más de lo que tengo... Sería insolencia
querer lo tuyo para ti y lo mío para los dos. Nadie me debe obediencia.
Ahora quiero olvidar quién se ha equivocado de los dos. No saber
es como estar ciego y ciego me quedé con tanto querer.
Mi ropa es usada pero puedes ponértela, cúbrete que hace frío,
por que con ella me he vestido muchas veces a mi libre albedrío...
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