No me acompañan sombras del ayer
por que soy digno de mi, me aprecio y me sé querer..
No soy de nadie, ni soy dueño de nada
por que tengo la convicción que me han dado mis alas.
Y si algo molesta se puede hablar con prudencia
pero no estoy dispuesto a compartir la elocuencia.
Alto precio de mercado he pagado con mi imprudencia
pero recuerdo que a nadie debo obediencia.
No puedo atar a nadie con mi misma cuerda
por que es corta y a alguien me recuerda.
El cristal se rompió hace tiempo
cuando quise mirarme en el, me dejó en silencio...
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