En el cuarto oscuro de mi conciencia
viven personalidades que tienen su competencia.
Uno busca el amor de forma apasionada y diferente,
otro es un diablo de fuego con una sonrisa silente.
Uno es un ángel que todo lo entrega sin esperar recompensa,
otro vive más allá de los campos imaginables y solo piensa
en llevar la vida más allá del amor y guardarlo en su despensa.
Conviven juntos aunque no se vean ni se quieran
por que el destino los hizo inseparables
para convivir entre ellos hasta que la muerte los separe.
Dos en uno con un mismo resultado
dando personalidad a un hombre enamorado...
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