No voy a resignarme a lo que tu quieras
por que en mi espíritu de lucha ondea mi bandera...
No voy a doblar mi rodilla por que ya la doblé ante Cristo,
y, para mi, tú no eres más grande ni más listo.
Voy a luchar contra ti hasta ganarte la contienda
por que llevo en mis atributos rumores de leyendas.
Tengo sobre mis hombros inéditos sinsabores, sueños rotos... Ojos rojos
por las lágrimas, pérdidas, dolor de corazones propiciados a tu antojo.
La muerte cabalga aliada a los designios de tus mandatos
pero como ves no tengo miedo de sus alegatos.
Pero sabes que vamos unidos aunque yo no quiera:
tú tratando de llevarme por tu camino, yo soñando con una quimera...
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