Bajabas silencioso
desde las altas crestas,
buscando el libre albedrío
de la esperanzas inquietas...Rio...
Bañé mi cuerpo en tu agua
soñando con una lejana primavera.
Ahora escucho el rumor de tu vida
en el paladar sediento de mi nostalgia.
Remanso que vaga entre chopos,
adelfas y mimbres de tu ribera.
Cicatrices añejas que llevo en mi cuerpo,
recuerdos marchitos como hojas secas,
marcadas sobre el corazón
que solo a ti me recuerdan.
Quiero sentir la frialdad de tu esencia,
volver a buscar tus sombras para mi cansancio,
admirar cada rincón verde desde mi ausecia
y llevarte siempre en mi corazón de poeta...
.
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