No me busques lejos de tus manos,
no me he ido. No, estoy aquí,
no me busques, por que sabes que estoy atado a tí
desde aquella tarde que te conocí.
No, estoy aquí, como ayer,
esperando tus besos carmesí,
deseando que tu calor me envuelva
como la última vez que te vi.
No me busques que estoy viviendo
en las células de tu cuerpo,
en los átomos de ese aire que respiras
deseando tu espiga con frenesí.
No, estoy aquí, extrañando tu mirada,
sediento de las caricias que me alejan del mundo,
derrochando la soledad impuesta,
y pensando que algún día serás para mi...
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