Sobre un dolor de polvo y sombras
quedó tendido su cuerpo,
mudas quedaron las mariposas,
en silencio lloraban sus versos.
La luna, entre las higueras de los huertos,
se fue llorando en su reflejo,
lágrimas que nunca olvidaron
los que enterraron a los muertos.
La noche había sido larga
a la espera de un amanecer incierto,
Muda quedó Granada, muda...
Sus palabras se las llevó el viento.
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