Te voy a prestar mis zapatos
para que camines con ellos,
así sabrás donde duelen
los pasos que caminar no quiero.
No es largo el camino
que la vida me tiene asignado,
camina en él, si no quieres a mi lado,
cuida de no pisar los espinos.
Si el polvo mancha su color,
no te preocupes que ya se ensuciaron,
no dejes que el peso que llevaron
sin una sola queja se convierta en tu dolor.
Pasos sobre la tierra, pasos en la vida
sin un destino más allá del día a día.
Calzando los zapatos de la melodía,
sangrante los dedos por sus heridas.
Camina con mis zapatos y al final
sabrás cuánto he caminado,
solitario, sin un guía o callado
que me libraran de todo mal...
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