Existe un remedio llamado ignorancia,
su sabor es amargo y a nada huele,
su composición es la que duele
aunque esté falto de fragancia.
Es sencillo por su aplicación
y nadie quiere que se le aplique,
ni en ningún momento se le dedique
la amarga música de su canción.
Si me ignoras sabrás que soy inmune
a ese remedio sin compasión,
tengo curtida la piel y el corazón
por que nada a ti me une.
Algo te ha dolido de mi sin saber
y me pagas con su pócima.
Sabes que ya nada me lastima
y de ese vaso no voy a beber.
Ignorar no es de coherentes,
es de personas sin medidas.
Ellos mismos se hacen la heridas
que piensan llevar a otras gentes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario