Demonios que embrujan el alma
venidos de historias pasadas sin sentido,
crueles, despiadados y vendidos
por la sinrazón falta de calma.
No se conciben con la misma tolerancia
los momentos que traen amargura.
Venga de donde venga, siempre se cura,
si las heridas no tienen relevancia.
Hablar es comprensión, hablar con ardor
es calidad de personas que se aman.
Palabras que hasta el cielo llaman
sentando las bases del amor.
Devuelto a la realidad me confieso,
posesivo, involucrado y serio
tratando de descifrar el misterio
que sufre de celo confeso.
Arde el fuego repentino
en la tea de mi sangre envenenada.
No te niego ni a la muerte enamorada
que eres mi último destino.
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