Ha llegado de mi brazo
cantando con alegría,
tiene un bebe en su regazo
fruto de su preñez y armonía.
Las flores se retocan en el espejo
para ser las elejidas.
Canta un ruiseñor a lo lejos
con su música preferida.
Llenos están los árboles de esperanza,
botones nacarados entre sus ramas,
soñando con jardines de bonanza
cuando se van juntos a la cama.
El sol luce entre el follaje
con sus ultravioletas sangrientos.
Vuelven las golondrinas de su viaje
sobre su pasos más lentos.
Y el amor de una niña casadera
que se desvive por mis huesos,
es un corazón alegre en primavera
a quien le regalo todos mis besos.
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