Bailé con ella
sabiendo cual sería el último baile.
Abrazando su cuerpo hasta doler el aire
busqué sus labios
sintiendo su aliento
queriendo endulzar sus besos
antes de que se los llevara el viento
Volvió a negarme
el sabor que le pedía
hasta que con calma infinita
abrió su boca
para ponerla en la mía.
Busqué la avidez de su lengua
sin dejar de sentir sus manos
sabiendo que eran las mías
las que recorrían sus peldaños.
Terminó la melodía
y me llevó a su cuarto,
quería hacerme suyo sin más dilación
sin más demora como lo pensaba yo.
Subió a mi cuerpo,
desnudando la emoción,
y se escucharon los ecos
que solo compartimos
las paredes de su habitación...
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