Lo llevo a mi manera, será lo que quiera Dios,
solo habrá que adaptarse de nuevo
a vivir como siempre soñé y no puedo.
A vivir como las amapolas
a vivir en el menor de los silencios.
Tener la conciencia tranquila
sincera el alma, sin sentir precios.
El corazón abierto para que beban su sangre
que se derrama en la herida sin remedio.
Momentos de agua y sal, momentos
donde la vida toma otra senda al despertar.
Lo llevo a mi manera, sin dolor, sin cariño, lo llevo
como lo lleva un hombre que necesita amor
que se ha desvivido sin pedir nada a cambio
por un sueño, una quimera, hasta que el cielo
dejó de sonreír aquella tarde y cambió de color.
Si el amor no está para mi vida
tendré que vivir sin amor,
tendré que vivir transparente,
tendré que vivir y morir en la lejanía
donde solo se escuche la voz de mis versos... y yo...
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