El frío recorrió mi espalda cuando lo supe
y no podía dar crédito a lo que me hablaba.
Un instante que se perdió entre las nubes
con un verso acompañado de guitarras.
Su voz sonó desmaquillada,
sin adornos que ataran sus palabras
habló sin una sonrisa que se apiadara
de un corazón herido que lloraba.
Mi alma se ausentó eterna
abandonando en silencio derrotada...
No te regalé poemas para que me quisieras
ni flores rojas para tenerte,
te di mi vida mil veces despreciada
y con esta crueldad hoy me pagas.
No saldrán más versos de mi corazón
ni sueños alados para que tú los sembraras
no brillará más en mis ojos la mirada
que un día te demostró cuánto te amaba....
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