La puerta de mi vida está abierta,
entra si quieres,
tenemos mucho que conversar,
pero nada te ata a mí
ni te retiene.
Podemos estar horas conversando,
hasta el alba,
tal vez no tengamos
nada que decirnos,
tal vez buscaremos escusas
para no abrazarnos.
Pero llegará el momento
que ambos esperamos
para dar rienda suelta
a los latidos extraños,
para volver a sentir en verso
lo que ambos deseamos
para olvidar la nostalgia
que un día lloramos.
No te quedes en la puerta,
mi corazón te está esperando...
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