Vi la marca de sus huellas
y el aire me trajo su aroma
y el eco de su voz.
No pude verla,
no pude escuchar lo que decía
pero juraría que era ella,
bien lo se yo...
Quería verla sin ser visto,
no era ilusión,
solo sentía un vacío
que mi mirada no delató.
La gente no me dejó ver su cara
y entre ecos se fue diluyendo su voz.
No sentía nostalgia
ni se aceleraron los latidos de mi corazón,
solo quería saber si sus ojos
seguían teniendo esa mirada
que un día me miró.
Solo quería saber qué se siente
cuando el olvido ha cerrado la puerta
donde se escribió un adiós...
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